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El whisky y el vino comparten algunas características en su composición.

Sin embargo, estas bebidas evolucionan de manera distinta. Esto hace que, una vez abiertas, una se pueda consumir y la otra se eche a perder con el tiempo.

A continuación analizamos cuáles son las principales semejanzas y diferencias en la evolución de ambos líquidos al embotellarse.

Sensibilidad al oxígeno

Un primer punto que determina la evolución del vino es su apertura para el consumo. Es aquí donde el caldo toma su primer contacto con el oxígeno, que reacciona a algunos de sus compuestos químicos. Esta reacción estimula su envejecimiento, a diferencia de lo que ocurre con el whisky, que es más estable a los efectos de este gas.

Componentes oxidables

La composición antioxidante u oxidativa de estas bebidas es otro factor clave en su evolución.

Evolución de los aromas primarios

Tanto la uva como la cebada (materias primas de vino y whisky, respectivamente) poseen terpenos, unos compuestos aromáticos que proporcionan aromas afrutados y florales. Con todo, la principal desigualdad entre los terpenos de la uva y los de la cebada es que los primeros son altamente oxidables y los segundos resisten dicho desgaste.

Evolución de los compuestos de color

Los antocianos (propios de la uva tinta) como los taninos (presentes en ambas) son los elementos que dan color al vino. Estos son también responsables de acelerar su evolución y no se encuentran en el whisky.

Fermentación y destilación

Los procesos con los que se obtienen vino (fermentación) y whisky (destilación) son decisivos en el desarrollo de ambos.

Cantidad de alcohol

En primer lugar, la destilación otorga una cantidad de alcohol al whisky superior a la de la fermentación en el vino. El vino suele oscilar entre el 8 y el 15%vol, mientras que el whisky ronda el 40%vol. Esta proporción confiere una mayor estabilidad al segundo.

Enzimas oxidativas

De otro lado, las proteínas encargadas de agilizar la oxidación del vino no sobreviven a la destilación, teniendo una presencia insignificante en los espirituosos.

Algunos tipos de vino (como los de estilo reductivo) ralentizan su transformación gracias al uso de conservantes o gases inertes durante la elaboración.

Efecto de algunas bacterias

Además, existen ciertos microorganismos (como las bacterias acéticas) capaces de estropear el vino durante su producción. Esto no ocurre así en el whisky, cuya mayor graduación alcohólica impide dicha corrupción.

Entonces, ¿el whisky no evoluciona?

En suma, es tentador pensar que el whisky resiste todo paso del tiempo después de abrirse. Nada más lejos de la realidad. Este destilado sí experimenta una evolución, pero de manera menos acusada que el vino.

Un ejemplo de esto está en los whiskys madurados en botas de jerez, de las que obtienen un carácter amaderado y una mayor propensión a oxidarse. Para amortiguar esto último, las destilerías suelen emplear técnicas de envejecimiento combinado en diferentes barricas.

Artículo de invitado de Jesús Sánchez

bebidasdestiladas.com

A la hora de disfrutar del vino, tanto o más importante que la calidad y conservación del mismo, es el recipiente donde lo bebemos. Partimos de la base de que es un tema muy personal, ya que hay gente que directamente no le presta atención, o bien tiene alguna manía como usar siempre un vaso corto. En cualquier caso desde nuestra posición, somos defensores de las buenas copas por mucho motivos.

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El primero y quizá el menos importante, es el meramente estético. No nos gusta ir a bares en zonas de vinos por excelencia como en La Rioja, y que nos sirvan el vino en un vaso pequeño y que está pasado más de mil veces por el friega platos. Esos vasos viejos son feos, pero como decíamos ese factor estético es lo de menos. Todos los matices del vino se pierden y se ahogan en ese vaso, y no se pueden apreciar bien todos los aromas y las notas que nos pueda decir el vino.

Si el vino se sirve en una buena copa como la que veis en la foto, en primer lugar podremos observar correctamente el color del vino. En la fase de cata también es lo menos importante, pero nos dará muchas pistas acerca del vino, además de disfrutar de su color natural.

Pasando a la segunda fase de cata, aquí es donde si es muy relevante el recipiente. En el ejemplo del vaso que os poníamos, no podemos meter la nariz y oler el vino. En la copa adecuada, podremos despertar todos los matices del vino y empezar a disfrutarlo. Y no hace falta que cada vez que tomamos un vino busquemos jengibre tostado o cosas complicadas. Lo importante es disfrutarlo. La fruta siempre está presente, y si es un vino con crianza también la madera, pero más allá de eso, no hay que obsesionarse.

Y llegamos a lo más importante: el sabor. El vino ya se habrá oxigenado correctamente en nuestra copa, y así podremos apreciarlo en plenitud. Seguro que hay gente que no está de acuerdo, o a la que esto le parece puro postureo, pero si hacéis la prueba en casa descubriréis que el mismo vino cambia según donde lo estéis bebiendo.

Los gamers están deseando cada año que salga su FIFA 2019, su PES 2019 o su Call of Duty de turno, pero nosotros cada año estamos deseando que salga el Kit de Picoteo de La Guita. Y por suerte ya está aquí el Kit de Picote de La Guita 2019.

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