El miércoles día 10 de Abril asistí a la cata de Bodegas Trus en Madrid organizada por el Salón de Gourmets. Los vinos que catamos fueron:
- Krel Roble 2011
- Trus Crianza 2010
- Tramuz Joven Roble 2012
- Trus Reserva 2006
Las Bodegas Trus están ubicadas en Valladolid, y es un proyecto que nace en 1999. El nombre de la bodega responde a uno de sus sellos de identidad: Tierra, Roble, Uva y Sol. TRUS. Empleando las últimas tecnologías y una cuidada vendimia, utilizan el producto estrella de la zona, la Tinta fina para elaborar vinos de calidad.
El primero fue Krel Roble 2011, elaborado por 100% Tinta Fina del País. Para hacerlo atractivo a un público más joven, tiene una etiqueta moderna con el dibujo de un búho bajo el lema “En buena compañía”. Es un vino intenso y elegante, de color rojo picota con ribete violeta, y muy afrutado y goloso en nariz. Tiene notas suaves de madera, vainilla y especias, y en boca es untuoso y muy persistente.
El siguiente fue Tramuz Joven Roble 2012. También se elabora con 100% Tinta Fina del País y tiene una crianza de 3 meses en tinas de roble francés. Tiene un color rojo intenso con ribete violeta, y en nariz presenta aromas complejos de fruta como la guinda y la cereza, y también notas especiadas. En boca es sabroso y redondo, con un final largo y persistente. Un vino que combina la potencia de la fruta del año, con toques de madera marca de la casa.
Pasamos a otro vino de Ribera del Duero llamado Trus Crianza 2010. Un tinto de corte moderno, elaborado con 100% Tinta Fina del País y que se somete a una crianza de 14 meses en barricas de roble francés. De color rojo cereza con ribete amoratado, en nariz descubrimos fruta madura como la ciruela con un fondo de canela. En boca es goloso e intenso, con unos taninos dulces y pulidos. Un Crianza muy elegante y agradable.
Y por último todo un vinazo: Trus Reserva 2005. Elaborado 100% con Tinta fina del País, se somete a una crianza de 24 meses en barricas de roble francés. Tiene un intenso color cereza con ribete rubí, y en nariz despliega aromas de fruta compotada, frutos secos y torrefactos. En boca es muy sabroso con taninos maduros redondeados por la crianza y largo posgusto. Se aprecia de nuevo la fruta negra madura y un agradable final salino. Un vino de corte más clásico, que está tan bien ensamblado que es una auténtica delicia.
Gracias a Trus pudimos descubrir sus grandes vinos, marcados por el buen trato de la uva y los toques elegantes de la madera. Ideas muy claras y bien plasmadas, que hacen de esta bodega de Ribera del Duero todo un referente en la actualidad. Si tenéis la oportunidad de probar algunos de sus caldos, os recomiendo que lo hagáis porque merecen muy mucho la pena.